…y el bailongo desconcierta, porque el
boliche desconcierta…
- “no me sé ninguna letra, boluda”
Y siempre está el chico onda Macgregor en
Trainspotting, buzo atado a la cintura, tan bien atado!,
que te mira (o vos flashás y querés
flashar que te mira) desde una esquina acodada; esperando la nada …
Y la música desconcierta, lo escotes
ajenos desconciertan, el fernet en ese vaso tan chico…
Y un chico te saca a bailar y te dice que
no te preocupes, que es gay.
Y escuchás el único tema que te gusta de
toda la noche, el de los unicornios.
Oh! Es el tema favorito de él. Oh!, te acordás de él…
hace cuánto que no lo ves?
Pero también está el otro él, el que
viste hoy a la tarde…
Pero es seguro que sea este él o el otro,
no importa.
Porque ambos están, en este momento, en un espacio tan lejano de tu llamado,
como lo que podría ser otra cuidad.
Y vos bailas.
El bailongo desconcierta y las chicas también
desconciertan. Todas parecen no tener más de un metro veinte de estatura y
nunca pensaste en besar a una chica tan petisa.
Y de repente te acordás: vos ya estuviste
en ese lugar.
Fue hace dos años y recién empezabas a
salir con él y estuviste con él ahí.
La canción de los unicornios ya pasó,
querés escucharla de vuelta.
Estuviste bailando ahí, hace dos años.
La cerveza?. La cerveza sale 20 mangos la lata.
Te vas.
Mejor
te vas con vos a tu casa, te tirás a la cama, pensás consciente en el paso del
tiempo:
pero te costó reconocer ese mismo lugar.
y es que el boliche desconcierta.
El pasado, muchas veces, desconcierta…
pero eso no importa,
porque vos ahora,
ya descansás.
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